sábado, 13 de julio de 2013

¿Qué es argumentar?


Resumen

Las ideas hay que argumentarlas de lo contrario no pasarían de ser meras opiniones, argumentar es una práctica que consiste en dar una serie de afirmaciones para apoyar una idea, darle soporte o sustento a una idea central, para que su aceptación no genere dudas, al argumentar en la discusión o dialogo argumentativo, se pretende acabar con los conflictos de opinión.

Cuando argumentamos intentamos influir en el otro, es decir, producir convencimiento de los oyentes o de quien nos lee, esto es que acepte nuestra idea.

En cuanto a argumentación en filosofía, es Emanuel Kant el que estable diferencias entre persuasión y convicción, establece que en la primera es más subjetiva, emotiva y personal, mientras que en la segunda es mayor el papel del conocimiento racional, en este sentido se puede hablar de dos finalidades persuasiva y otra de convencimiento.

Los argumentos cumplen tres funciones primordiales

§        Sustentación: Encontrar causa, pruebas o razones  que ratifiquen una idea.
§        Convencer al auditorio de la conveniencia o justeza de una posición o  tesis con el fin de ganar adeptos.
§        Evaluar: permitir indagar y evaluar las distintas alternativas, luego elegir la mejor.

Las proposiciones sustentan las ideas, en términos generales los conocimientos específicos o enunciados informativos no necesitan ser argumentados porque no admiten duda, en cambio las proposiciones o conceptos si necesitan argumentarse, ya que son ideas que necesariamente involucran el conflicto y la duda.

En este sistema capitalista no se requiere que los trabajadores sean capaces de argumentar y pensar, solo le vasta que sean obedientes, ya que así no representan riesgo para sus intereses, en este sentido la educación se enfocaba en crear obreros  que el sistema requiere, finalmente, argumentamos para solucionar nuestras disputas por medios racionales.

sábado, 6 de julio de 2013

TRES IDEAS EQUIVOCADAS DEL LENGUAJE


Mario Montalbetti profesor de lingüística

1.    Que el lenguaje se puede estudiar como si fuera cualquier otra cosa.

Si queremos estudiar cualquier hecho del lenguaje, no se puede seguir los mismos procedimientos que se utilizan en los demás casos ajenos al lenguaje, es decir, cualquier objeto de estudio  puede ser analizado con diversos instrumentos de naturaleza distinta al mismo, salvo el caso del lenguaje, donde para analizar el lenguaje se hace uso del mismo lenguaje; desde este punto de vista, el objeto de estudio es igual al instrumento utilizado para analizar los hechos del lenguaje, es por ello que debemos analizar tanto el objeto de estudio como el  instrumento que tenemos para estudiarlo por la singularidad que presenta.

2.   Que el lenguaje fue inventado por los seres humanos para comunicarse.

Esta idea se deriva de la primera, aun creemos que, es porque queríamos comunicarnos inventamos el lenguaje, cosa que es completamente absurdo, ya que al sostener esto equivaldría a decir que los seres humanos inventaron los ojos para poder ver, en cambio; es al revés, es porque tenemos lenguaje que nos comunicamos pero la gente prefiere privilegiar por alguna razón la comunicación que al lenguaje.

3.   Con respecto a ¿Qué puede ser el significado?

Muchos lingüistas creen aún, que el significado es aquel elemento que liga una cosa con su referente, es decir, conecta una palabra a un objeto, entendiéndose como significado a una serie de datos que se han sacado por abstracción de un objeto; cosa que si analizamos cuidadosamente llegaremos a la conclusión de que esta afirmación es incorrecta, por el simple hecho que al definir una palabra se hace uso de otra palabra, a la vez que esta de otra y otra, llegando a un círculo vicioso, lo que ofrecemos como significado no son más que más palabras y no el significado en sí;  por otro lado que  muchas veces lo que queremos definir no tiene referente en la realidad como es caso de la palabras  como Batman, El Capitán América,  Papá Noel y otras.


En realidad no sabemos que es el significado, es por ello que para dar solución a esta paradoja se han planteado teorías como: Que los significados son innatos que se activan cuando vemos el objeto al que se refiere, por otro lado hay otros que plantean que el  significo no existe, es una especie de ilusión; por más absurdo que parezcan estos planteamientos nadie ha podido rebatida;  cualquier cosa que se diga la tenemos que decirlo  con lenguaje.

ADQUISICIÓN Y DESARROLLO DEL LENGUAJE


Resumen

Las diversas investigaciones sobre el desarrollo del lenguaje en bebes, ha arrojan  una serie de resultados que cambian nuestra  perspectiva sobre la importancia de la comunicación, nos damos cuenta que el proceso de aprendizaje del lenguaje comienza mucho antes del nacimiento, ya en el vientre materno, el feto experimenta diversas sensaciones y es a partir de las 24 semanas que puede distinguir tanto los sonidos de su madre y del mundo exterior; pero se familiariza más con la  voces de sus padres, en especial con la  de su madre.

El bebé llega al mundo listo para comunicarse, en  la interacción del bebé  y el exterior, la primera forma de comunicación es el llanto, mediante el cual capta la atención de sus padres, por otro lado el bebé comienza a aprender las propiedades del lenguaje en seno del vientre materno y al nacer prefiere o en todo caso simpatiza con el idioma de sus padres que los ajenos a ellos, también cuenta con la capacidad de distinguir los sonidos del lenguaje, lo sorprendente de todo esto es que es muy sensible al lenguaje, al nacer el bebé ya distingue diversas partes del lenguaje, es así que prefiere palabras que tienen significado por si mismos (sustantivos, verbos y adjetivos)  de aquellas palabras que no tiene significado por sí mismos (artículos, vocales y consonantes );es decir, el bebé puede distinguir las palabras que tienen un significado porque estas captan su interés y la empieza a reconocer y asimilar como parte de su repertorio para su uso futuro.

En cuanto a los elementos extraverbales lo asimila al ver los diversos objetos del medio, le llama la atención  los diversos gestos, mirada, sonrisa, muecas, cualquier variación en estos gestos causara que el infante pierda interés, los investigadores llegaron a la conclusión que los bebés desde temprana edad son profundamente sensible a las expresiones sensibles, tanto de la mirada, rostro y la voz, estas deben coincidir con lo que quieren decir o transmitir.

Darwin Miller señala que a los seis meses el bebé sigue siendo el oyente universal capaz de reconocer todos los sonidos, pero es a los diez meses  que deja de ser el oyente universal, ya no percibe la diferencia de los sonidos perecidos y se inicia el periodo sensitivo; donde el cerebro comienza a filtrar sonidos que no utiliza, limitándose a la asimilación de aquellos que utiliza su lengua nativa.


La imitación es la clave para el aprendizaje del lenguaje, el señalar los objetos es importante para aprender el nombre delas cosas, para aprender nuevas palabras el bebé necesita seguir tanto el dedo que señala como la mirada de la persona que habla del objeto, es más fácil hacer señas que articular palabras, por ello la imitación juega un papel fundamental en el aprendizaje del lenguaje; ya que el bebé reconoce la ida y vuelta de la comunicación, finalmente en base a lo anterior irá articulando palabras simples hasta llegar a las complejas, casi el 70% de las palabras que aprende son palabras sustantivas, esto es el que se conoce como explosión del lenguaje.

¿QUÉ ES SABER HABLAR?



Resumen

Sabemos que hoy en día vivimos en un mundo muy competitivo, donde existe extrema profesionalización del mercado laboral, cada vez  se requiere mayor preparación profesional para alcanzar un puesto de trabajo, hoy más que nunca saber hablar bien es una necesidad, ya que el uso del lenguaje, el modo de hablar representa un instrumento para medir la profesionalidad del individuo en su actividad laboral.

El saber hablar siempre se entendido como el elemento diferenciador de las clases, una señal de poder socioeconómico, de prestigio socio cultural, de una buena educación. Saber hablar no es un don, no proviene de ninguna cualidad innata, para hablar bien es necesario un entrenamiento y ensayos continuos.
La comunicación lingüística es el motor de las relaciones personales, sociales, económicas y profesionales, por ello, la eficacia del uso del lenguaje facilita la integración cultural, es decir, las relaciones con otros individuos, grupos y organizaciones, que cada vez son más complejas.

Saber hablar bien implica tener el conocimiento preciso de la intención comunicativa, de la situación en que se desarrolla la comunicación, por otro lado se requiere el aprendizaje del uso correcto del lenguaje (de las habilidades fónicas, morfológicas, sintácticas, etc.).


Saber hablar es ser cada vez más consciente de la existencia de los mecanismos y tácticas lingüísticas de persuasión, saber hablar bien es llegar a adquirir esas habilidades argumentativas y ponerlas en práctica; como puede ser para producir un discurso donde tanto la expresión y el contenido que se transmita sea claro, esto implica que las ideas estén organizadas de acuerdo a criterios lógicos, por otro lado también se requiere un buen uso de lo extraverbal.

COMUNICACIÓN COOPERATIVA


Verónica Rodríguez

Funciones de la comunicación

Resumen

En este siglo donde el avance de la tecnología se da en función creciente a las demandas del mercado, donde las barreras en la transmisión y alcance de la información parecen ser cosas del pasado, la comunicación dejó de ser exclusivo de los de los medios de comunicación masivos en cuanto a su rol de transmisión de información a sus públicos, la empresa  asumió ese papel con sus empleados.

Cada vez cobra mayor importancia el papel de las empresas en la sociedad de la información y el conocimiento, dentro de las organizaciones se da lo que llamamos comunicación interna, pues el conjunto de personas interactúan transmitiendo información.

Dentro de las empresas la información tiene un carácter instrumental, más que como finalidad, a tal punto que ya no se puede considerar como a poyo a la actividades de la empresa, sino como uno de los principales recursos que aumentaran la productividad en la empresa; la información debe fluir sin obstáculos evitando toda situación de estancamiento, con miras a sacar el mayor provecho a la información que se maneja. Y a esto debe apuntar la gestión de la comunicación y cumplir sus seis funciones: investigar, orientar, informar, animar y coordinar, organizar campañas y formar.

La responsabilidad que se dé en forma planificada la comunicación interna  debe ser producto de la decisión de la dirección de la empresa, es decir, de la política y objetivos que pretende alcanzar; lo importante es que la función se cumpla y que exista un ente, departamento o profesional que las coordine, para así satisfacer necesidades como demandas de información tanto del empleado y la dirección de la empresa, es así que del reconocimiento de las necesidades y la identificación del mercado interno en la organización, se desarrollara lo que conocemos como el marketing interno.

En este sentido, la comunicación interna es una vía para que las personas puedan sentirse más involucrados con la empresa, reducir la conflictividad y mejorar el clima laboral, claro está que todo esto de penderá de una adecuada información interna; es decir, saber transmitir con velocidad y claridad tanto la política empresarial como los cambios acontecidos de la misma.


Los expertos en manejo de la comunicación dentro de las organizaciones empresariales, son conscientes que con el público interno a favor es más fácil ganar el mercado, se manifiestan partidarios de formar a sus empleados en cierto tipo de conductas acordes con la imagen que desee la organización, por ello los mensajes tienen que ser elaborados teniendo en cuenta el interés y nivel cultural del público al cual va a estar dirigido, de esta manera los empleados serán los canales por los cuales se transmita la filosofía de la empresa; es por ello que representa la principal preocupación del marketing interno.

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS


SEMINARIO-TALLER 
ESTRATEGIAS INNOVADORAS EN LA ENSEÑANZA DE LAS COMPETENCIAS PROFESIONALES

Director: Dr. José María Ruiz Ruiz, docente del departamento de didáctica y organización escolar, de la universidad complutense-Madrid.

AUDITORIO DE LA FACULTAD DE EDUCACIÓN

Esta ponencia tenía como uno de los objetivos desarrollar estrategias para fomentar en los estudiantes y profesionales la curiosidad, el deseo de saber, de conocer y de aplicar los conocimientos, cuidando el desarrollo afectivo, la autonomía moral y la educación cívica.

En este siglo XXI el currículo y la formación docente anuncia un cambio paradigmático y una variación de las metodologías docentes, por otro lado busca una nueva concepción de las evaluaciones en competencias (objetivos y capacidades);el nuevo paradigma del siglo XXI está basado en el aprendizaje situado; es decir, está orientado a la construcción del conocimiento, para esto es esencial que el alumno se habitué a la lectura, para que en él surjan una serie de dudas que le lleven a formularse interrogantes, así dentro de un aula surgirá un conflicto cognitivo, este proceso es rico, ya que se produce nuevos conocimientos, para esto es importante que el alumno deje de lado su pensamiento yuxtaposición (asimilar los conocimientos y reproducirlos y no crearlos), entonces le corresponde el papel de facilitador al docente, esto nos lleva a una reducción de contenidos para ejercer la transferencia y la movilidad de conocimientos y la transferencia de aprendizajes.


Lo importante es desarrollar las potencialidades del alumno, en todos los aspectos; para ello se requiere cambiar el tipo de evaluación, o en todo caso considerar no solo los tradicionales, en otros términos saber cómo aprende el alumno nos ayudará a idear mejor el tipo de evaluación a emplear, para finalmente lograr el perfil deseado.

PEDAGOGÍA DE LA ACCIÓN


JOHN DEWEY (1859-1952)


John Dewey fue el filósofo norteamericano más importante de la primera mitad del siglo XX. Su carrera abarcó la vida de tres generaciones y su voz pudo oírse en medio de las controversias culturales de los Estados Unidos (y del extranjero) desde el decenio de 1890 hasta su muerte en 1952, cuando tenía casi 92 años.

A lo largo de su extensa carrera, Dewey desarrolló una filosofía que defendía la unidad entre la teoría y la práctica, unidad que ejemplificaba en su propio quehacer de intelectual y militante político. Su pensamiento se basaba en la convicción moral de que “democracia es libertad”, por lo que dedicó toda su vida a elaborar una argumentación filosófica para fundamentar esta convicción y llevarla a la práctica. El compromiso de Dewey con la democracia y con la integración de teoría y práctica fue sobre todo evidente en su carrera de reformador de la educación.

No es una casualidad, observaba, así como él, muchos grandes filósofos se interesan por los problemas de la educación, ya que existe “una estrecha y esencial relación entre la necesidad de filosofar y la necesidad de educar”.
Los esfuerzos de Dewey por dar vida a su propia filosofía en las escuelas estuvieron acompañados de controversias y hasta hoy día siguen siendo un punto de referencia en los debates.

Pragmatismo y Pedagogía

Durante el decenio de 1890, Dewey pasó gradualmente del idealismo puro para orientarse hacia el pragmatismo y el naturalismo de la filosofía en su madurez. Sobre la base de una psicología funcional que debía mucho a la biología evolucionista de Darwin y al pensamiento del pragmatista William James.

Empezó a desarrollar una teoría del conocimiento que cuestionaba los dualismos que oponen mente y mundo, pensamiento y acción, que habían caracterizado a la filosofía occidental desde el siglo XVII. Para él, el pensamiento no es un conglomerado de impresiones sensoriales, ni la fabricación de algo llamado “conciencia”, y mucho menos una manifestación de un “Espíritu absoluto”, sino una función mediadora e instrumental que había evolucionado para servir los intereses de la supervivencia y el bienestar humanos.

Sus trabajos sobre la educación tenían por finalidad sobre todo estudiar las consecuencias que tendría su instrumentalismo para la pedagogía y comprobar su validez mediante la experimentación.

Propuso elaborar una pedagogía basada en su propio funcionalismo e instrumentalismo. Tras dedicar mucho tiempo a observar el crecimiento de sus propios hijos, Dewey estaba convencido de que no había ninguna diferencia en la dinámica de la experiencia de niños y adultos. Unos y otros son seres activos que aprenden mediante su enfrentamiento con situaciones problemáticas que surgen en el curso de las actividades que han merecido su interés.

El pensamiento constituye para todos un instrumento destinado a resolver los problemas de la experiencia y el conocimiento es la acumulación de sabiduría que genera la resolución de esos problemas. Dewey afirmaba que los niños no llegaban a la escuela como limpias pizarras pasivas en las que los maestros pudieran escribir las lecciones de la civilización. Cuando el niño llega al aula “ya es intensamente activo y el cometido de la educación consiste en tomar a su cargo esta actividad y orientarla”.

Cuando el niño empieza su escolaridad, lleva en sí cuatro “impulsos innatos –el de comunicar, el de construir, el de indagar y el de expresarse de forma más precisa”– que constituyen los recursos naturales, el capital para invertir, de cuyo ejercicio depende el crecimiento activo del niño. El niño también lleva consigo intereses y actividades de su hogar y del entorno en que vive y al maestro le corresponde la tarea de utilizar esta “materia prima” orientando las actividades hacia “resultados positivos”.

Esta argumentación enfrentó a Dewey con los partidarios de una educación tradicional y también con los reformadores románticos. Los tradicionalistas a favor de una instrucción disciplinada y gradual de la sabiduría acumulada por la civilización. La asignatura constituía la meta y determinaba los métodos de enseñanza del niño, se esperaba simplemente de él que la recibiera y aceptara mostrándose  dócil y disciplinado. En cambio, los partidarios de la educación centrada en el niño, afirmaban que la enseñanza de asignaturas debía subordinarse al crecimiento natural del niño. Para ellos, la expresión de los impulsos naturales del niño constituía el “punto de partida, el centro, el fin”.

Una educación eficaz requiere que el maestro explote estas tendencias e intereses para orientar al niño hacia su culminación en todas las materias, ya sean científicas, históricas o artísticas. “En realidad, los intereses no son sino aptitudes respecto de posibles experiencias; no son logros; su valor reside en la fuerza que proporcionan, no en el logro que representan”.

La pedagogía de Dewey requiere que los maestros realicen una tarea extremadamente difícil, que es “reincorporar a los temas de estudio en la experiencia”. Los temas de estudio, al igual que todos los conocimientos humanos, son el producto de los esfuerzos del hombre por resolver los problemas que su experiencia le plantea. Para los tradicionalistas, estos conocimientos deben imponerse simplemente al niño de manera gradual, pero presentado de esta forma, ese material tiene escaso interés para el niño, y además, no le instruye sobre los métodos de investigación experimental por los que la humanidad ha adquirido ese saber. Dewey pedía a los maestros que integraran la psicología en el programa de estudios, construyendo un entorno en el que las actividades inmediatas del niño se enfrenten con situaciones problemáticas en las que se necesiten conocimientos teóricos y prácticos de la esfera científica, histórica y artística para resolverlas.


Si los maestros enseñaran de esta forma, orientando el desarrollo del niño de manera no directiva, tendrían que ser, como reconocía Dewey, profesionales muy capacitados, perfectamente conocedores de la asignatura enseñada, formados en psicología del niño y capacitados en técnicas destinadas a proporcionar los estímulos necesarios al niño para que la asignatura forme parte de su experiencia de crecimiento. Dewey admite que la mayoría de los maestros no poseen los conocimientos teóricos y prácticos que son necesarios para enseñar de esta manera, pero consideraba que podían aprender a hacerlo.

MÉTODO DE TRABAJO INDIVIDUAL: MÉTODO MONTESSOR


La pedagogía Montessori

Montessori estudio la concepción biológica de la libertada como una condición que contribuye al desarrollo de la personalidad del niño. El aporte más original de la pedagogía de Montessoriana es la actividad sensorial, tomando en cuenta los planteamientos del filósofo inglés John Locke, según el cual todo conocimiento debe estar relacionado con las sensaciones; de la combinación y asociación de estas, se pueden llegar a las concepciones más abstractas.
La aportación de Montessori se centra en los periodos sensitivos. La infancia no se caracteriza por las diferencias de la naturaleza del niño con relación a la adulta, sino por sus propias transformaciones, que dan origen a diversos estadios de desarrollo.

Principios básicos del método

Montessori había comenzado su tarea en una de las comunidades más pobres de Roma; su propósito era mejorar la sociedad, partiendo del estrato más bajo del pueblo.
Con el método los niños aprenden a leer, escribir, contar y sumar antes de completar los 6 años de edad. Su sistema, junto con el material pedagógico, tiene un gran valor y cualidades didácticas, pero la eficacia de este material radica en el principio construido con base en el estudio y la comprensión de la actividad intelectual y el desenvolvimiento moral del infante.
El principio fundamental del método Montessori se resume en la frase: "Educación mediante la libertad en un medio preparado”. 

§  La mente absorbente de los niños: La mente de los niños posee una capacidad maravillosa y única, tiene la capacidad de adquirir conocimientos absorbiendo. Lo aprenden todo inconscientemente, pasando poco a poco del inconsciente a la conciencia. Se les compara con una esponja, con la diferencia que la esponja tiene una capacidad de absorción limitada, mientras que la mente del niño es infinita.

§  Los períodos sensibles: Se refiere a los períodos en los cuales los niños pueden adquirir una habilidad con mucha facilidad. Se trata de sensibilidades que permiten a los niños ponerse en relación con el mundo externo de un modo excepcional, estos momentos son pasajeros y se limitan a la adquisición de un determinado conocimiento.

§  El ambiente preparado: Se refiere a un ambiente que se ha organizado cuidadosamente para el niño, diseñado para fomentar un mejor aprendizaje y crecimiento. En él se desarrollan los aspectos sociales, emocionales e intelectuales y responden a las necesidades de orden y seguridad. El diseño de estos ambientes se basa en los principios de belleza y orden. Son espacios luminosos y cálidos, que incluyen lenguaje, plantas, arte, música y libros. Un ejemplo de esto son los escenarios.


§  El papel del Adulto: El papel del adulto en la Filosofía Montessori es guiar al niño, darle a conocer un ambiente bueno y cómodo. Ser un observador, estar en continuo aprendizaje y desarrollo personal. El verdadero educador está al servicio del niño educando y debe de cultivar en él la humildad, la responsabilidad y el amor.